Comparto con vosotros un extracto del libro Palabras para el Bienestar publicado por Concha Barbero en su blog librosdeconchabarbero.blogspot.com
En determinados momentos nos asola un temor a no se sabe muy bien qué, se entrecruzan en nuestra mente diversas aflicciones, que seguro pertenecen a lo que fue o a lo que será; estamos en tierra de nadie, con la sensación de no contar con la solución adecuada a nada, y anidamos en esa ineficaz situación, perdiendo en ello las fuerzas que necesitamos para cumplir nuestros objetivos.
Cuando parece que la vida te dirige y no tú a ella, cuando estás en uno de esos días en los que piensas “¿Qué pinto yo aquí?” o “Esto no tiene solución” trata de aceptar todo tal y como es, no te rebeles a tu realidad, y nunca pierdas la esperanza, porque lo que haya de pasar…pasará, y eso será lo que más te conviene.
Permite que tu vida se desarrolle sin forcejear con ella; deja a un lado la precipitación y la impaciencia y acógete a la confianza.
Tal vez la confianza lleve implícita cierta inseguridad, la que te recuerda que no estás llevando, en una situación crítica (en la que más necesitas echar mano de la confianza) las riendas de tu vida, pero lo cierto es que la esperanza abre tu capacidad para discernir, comprender e intuir lo que honesta e inteligentemente más te conviene.
Cuando parece que la vida te dirige y no tú a ella, cuando estás en uno de esos días en los que piensas “¿Qué pinto yo aquí?” o “Esto no tiene solución” trata de aceptar todo tal y como es, no te rebeles a tu realidad, y nunca pierdas la esperanza, porque lo que haya de pasar…pasará, y eso será lo que más te conviene.
Permite que tu vida se desarrolle sin forcejear con ella; deja a un lado la precipitación y la impaciencia y acógete a la confianza.
Tal vez la confianza lleve implícita cierta inseguridad, la que te recuerda que no estás llevando, en una situación crítica (en la que más necesitas echar mano de la confianza) las riendas de tu vida, pero lo cierto es que la esperanza abre tu capacidad para discernir, comprender e intuir lo que honesta e inteligentemente más te conviene.
Gracias por traer mi texto a tu blog, y enhorabuena por la selección de escritos de las restantes entradas.
ResponderEliminarTe enlazo a mi blog http://silencioactivo.blogspot.com/
Un abrazo
Concha, muchas gracias a ti.
ResponderEliminarUn abrazote.
Pues...a echar mano a la confianza paras salir triunfante de un nuevo desafío.
ResponderEliminarNo forcejear con la vida, aceptar aquello que nos toca vivir y aprender, siempre aprender.
ResponderEliminarLa sensación de bienestar es producto de la libertad interior.Alcanzarla,no sin dificultad, es la meta. Y para alcanzarla, un ingrediente que siempre nos dará la libertad y la dignidad merecida: el coraje. Coraje para aceptar lo que nos toque vivir,sin enfermarnos, sin desfallecer. Y por sobre todo, para darnos el impulso necesario para crear y recrear nuestra existencia.
Lic. Leticia Silvia Essayag
A veces el albedrío es mejor que la intervención, y cuando las cosas nos superan, nos agotan a pesar de ir en contra, será necesario que las cosas sigan su curso y adaptarse al nuevo escenario. Incluso en esta transformación, podemos ver una oportunidad mejor que la que teníamos prevista.
ResponderEliminarInteresante reflexión.
Es gratificante leer tanta positividad y más teniendo en cuenta que eso mismo es lo que nos dicta el sentido común, cuando estás en frío y la situación va ya medianamente enfocada. Pero es difícil no intentar revelarse ante una circunstancia complicada y/o problemática.
ResponderEliminarPor tanto el albedrío y la aceptación de las circunstancias del momento, bajo mi punto de vista, no se efectuan hasta que ya se han dado varios pasos y alguno de ellos suelen ser la lucha y el miedo.
Puestos a escoger entre esos dos caminos, me quedo con la lucha, aunque al final afortunadamente desemboque en superación del problema o llegar al punto positivo de aceptación y confianza que ya estábais comentado. Lo peor de todo es el miedo al miedo.