Comparto con vosotros un poema de mi amiga Mary Bonilla Bisbal.
Una mano cálida que se tiende en el
momento justo,
que se abre en consejos como semillas
frescas para futuros frutos.
Un verano soleado que ilumina
tu otoño adormecido.
Un alma como la tuya, o parecida,
que te escucha cuando lo necesitas.
Una nube blanca en un cielo oscuro.
Una estrella fugaz en la noche infinita.
Una flor, un perfume que te embriaga
el sentido, cuando en medio del mundo
te sientes perdido.
Un río que te calma el ansia del sosiego,
acompaña tu miedo y te brinda equilibrio.
Un pañuelo extendido para tus lágrimas
y una fiesta de luz para tus alegrías.
Un café bien caliente en las tardes
de frío.
Eso, es un amigo.
Unos versos preciosos. Yo añadiría: Los amigos son pedacitos de tu alma que se repartieron y unieron a otras almas.
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