domingo, 4 de diciembre de 2022

Estar en paz solo depende de mí

Si realmente tomara conciencia que lo que estoy viendo en esta tierra no es más que un reflejo de mi interior podría asumir que estar en paz solo depende de mí.

Como si fuera una película, en la gran pantalla del mundo veo proyectada mi culpa inconsciente que me hace sufrir. Eso que critico en el otro, realmente es autocrítica. Cuando hablo de alguien, en el fondo lo estoy haciendo de mí mismo. Los consejos que doy a los demás son consejos que necesito para mí. Enseño aquello que necesito aprender.

Este cambio de paradigma, esta nueva forma de ver la vida, me puede ayudar a convertir mi sufrimiento en una gran oportunidad de crecimiento interior. En cada pensamiento negativo que tenga, en cada juicio que haga, en cada miedo que sienta me volveré a recordar a mí mismo que eso que veo tiene relación directa conmigo, con mi estado interior. Y a partir de ahí me daré la oportunidad de verlo de otra manera con la ayuda de mi Ser Superior, del Espíritu Santo, o de Jesús. Basta con pedirlo y confiar en su segura respuesta que llegará cuando corresponda, no cuando yo quiera y en la forma en que yo quiera.

Este cambio de percepción, esta nueva mirada desde el amor, me aportará paz. Comprenderé que esa persona actúa así contra mí porque lo hace desde el miedo. Con mi pensamiento le daré las gracias ya que mi ataque mental hacia ella me ha hecho tomar conciencia de lo mal que estoy interiormente.

Por eso, paradójicamente a las personas que más sufrimiento me provocan las llamo amistosamente “grandes maestras”, no por su elevado estado conciencial, sino porque su actitud contra mí aflora partes de mi mente errada que todavía están por sanar y desconocía.

Las relaciones son las situaciones que más me ayudan a conocerme.

Si mi mente errónea estuviera sanada no podría ver sufrimiento, al no tenerlo interiormente. Vería con compasión a las personas que lo están pasando mal, o aquellas que atacan a otras, ya que ignoran quiénes realmente son: seres de Luz, eternos, viviendo una experiencia temporal en esta tierra. Tendría paciencia con ellas al igual que con un niño pequeño que todavía tiene que madurar. Vería el cielo en la tierra.

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