sábado, 7 de enero de 2023

Me uno a ti no a tu sufrimiento

Hay una extendida creencia que nos han transmitido y dice así: “si no sientes en ti el sufrimiento de esa persona (familiar, amigo…) es porque no la quieres”. Esta creencia es un juicio erróneo realizado desde el ego.

No es lo mismo dolor que sufrimiento. El dolor está relacionado con el cuerpo y se puede paliar con fármacos. El sufrimiento está en nuestra mente.

Este es un mundo en el que pasamos por situaciones difíciles. Son experiencias que, si las abordamos desde la confianza, nos ayudarán a avanzar en nuestro camino interior.

Si un familiar o amigo lo está pasando mal le ayudarás en todo aquello que puedas, lo mismo que ayudarías a una persona desconocida que tiene un problema en la calle, pero no debes hacer tuyo su sufrimiento ya que son sus experiencias de vida, no las tuyas.

Es muy normal que te preocupes si esa persona a la que aprecias pasa por una difícil situación, pero ten en cuenta que tu sufrimiento no le ayudará a ella, ni a ti.

Cuando sufres por alguien es porque lo ves desde el ego. Has perdido la visión de conjunto de esa persona como ser eterno y espiritual que está de paso en esta tierra y vive una situación que inconscientemente ella misma ha elegido, aunque lo ignore.

Lo mejor que puedes hacer por una persona que sufre es pedir ayuda a tu parte más sabia (Ser Superior, Espíritu Santo, Jesús…) para unirte mentalmente a ella, haciéndole sentir que forma parte de la Unidad, del Amor que es nuestra esencia. Ámala, sin apegos, y ten la seguridad que le llegará tu pensamiento al estar unidas todas las mentes.

Únete a tu hermano y no hagas tuyo su sufrimiento.

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