Anita Moorjani ha
publicado su libro “Morir para ser yo” en el que relata su sorprendente
curación de un cáncer tras tener una ECM (Experiencia Cercana a la Muerte).
Todo comenzó en la
primavera de 2002 cuando se notó un bulto duro encima de la clavícula izquierda
que resultó ser un linfoma. Su salud se fue deteriorando progresivamente hasta
que ingreso en el hospital con un estado de fallo multiorgánico y tuvo una ECM
donde tomó conciencia de su ser. Al regresar de la ECM empezaron a funcionar de
nuevo sus órganos y pasó por una sorprendente recuperación. Días después le
realizaron varias pruebas y no encontraron células cancerosas en su cuerpo.
Anita se había curado. Es uno de los pocos casos de remisión total espontánea desde
un estado tan avanzado de cáncer, y a un ritmo tan rápido.
Fragmento del prólogo
escrito por el Dr. Wayne W. Dyer:
“Anita
nos habla del cáncer con una franqueza poco habitual y cuenta por qué se ha
visto sometida a la dura prueba que supone la enfermedad, por qué se ha curado y por qué ha vuelto a este mundo desde la
antesala del ámbito que hay más allá”
Fragmentos de la Introducción:
“En
esta obra explico libremente lo que he aprendido como resultado del cáncer y de
mi ECM”
“Mi
objetivo es ayudar, no convencer. Quiero hacer especial hincapié en que no es
necesario tener una ECM para curarse. Mi intención es compartir contigo los desencadenantes
emocionales y psicológicos que contribuyeron a que sufriera yo de cáncer, con
la esperanza de que, al identificar esos factores, cualquier persona pueda
reducir, o incluso erradicar, las posibilidades de enfermar”
Fragmentos del relato de
la ECM:
“¿Por
qué, oh, por qué he sido siempre tan dura conmigo misma?
¿Por
qué siempre me he estado castigando?
¿Por
qué me he negado siempre a mí misma?
¿Por
qué no me he apoyado a mí misma para mostrar al mundo la belleza de mi alma?
¿Por
qué siempre he estado reprimiendo mi inteligencia y mi creatividad para agradar
a otros?
…
¿Por
qué no he seguido el impulso de mi bello corazón y he rehusado expresar mi
propia verdad?”
“Me
di cuenta de que todos estamos conectados…Me di cuenta de que el universo
entero está vivo e infundido de conciencia, incluyendo y abarcando toda vida y
naturaleza. Todo y cada cosa pertenece a un Todo infinito, y yo estaba
intrincada e inseparablemente entretejida con toda la vida. Todos somos facetas
de esa unidad: todos somos Uno y cada
uno de nosotros tiene un efecto sobre el Todo colectivo.”
“Comprendí
que el cáncer no era un castigo por algo que hubiera hecho mal, ni tampoco un
karma negativo como resultado de alguna de mis acciones, tal como había creído
antes…. en mi caso, mis muchos miedos y mi enorme poder se habían manifestado
adoptando la forma de esta enfermedad”
“¿A
qué le tenía miedo? Prácticamente a todo. Entre otras cosas, a fracasar, a ser
rechazada, a decepcionar a la gente y a no ser lo bastante buena. También temía
terriblemente a cualquier enfermedad, y al cáncer en particular, así como al
tratamiento del cáncer. Tenía miedo de
vivir y me aterraba morir”
“Estaba
completamente desconectada de quién era o lo que quería, porque todo lo que
hacía estaba orientado a ganarme la aprobación de los demás, la aprobación de
todo el mundo excepto la mía”
“Comprendí
que, por el mero hecho de ser el amor que en verdad soy, me curaría a mí misma
y también a otros”
Fragmentos de cómo
cambia su vida a raíz de la ECM:
“No
me sentía cómoda con nada. Como si no encajara con la gente de este planeta y
sus valores. Mis prioridades habían cambiado, y me di cuenta de que ya no tenía
interés en trabajar en una oficina, en dar cuentas a nadie o en ganar dinero
simplemente por el hecho de ganarlo”
“Perdí
totalmente el interés por lo que ocurría en el mundo en el ámbito político y
por las noticias, incluso por estar al tanto de lo que hacían mis amigos”
“Veía
divinidad en todas las cosas, en cada animal, en cada insecto. Desarrollé un
interés mucho mayor del que tenía anteriormente por el mundo natural”
“Sentí que la gente había perdido la
capacidad de ver la magia de la vida. Nadie compartía mi asombro y
entusiasmo por lo que nos rodeaba, ni siquiera por la maravilla de estar vivos.
Todos parecían atrapados por la rutina, y sus mentes se centraban tan solo en
la siguiente cosa que tenían que hacer… Todo
el mundo estaba tan atrapado en el hacer que todos se habían olvidado de algo
tan sencillo como es simplemente ser y estar presentes en cada momento.”
“Tampoco veía ya la muerte como la veían los
demás, así que me resultaba muy difícil lamentar la pérdida de alguien.
Desde luego, me sentía triste si alguien cercano a mí moría, porque le echaba
de menos; pero ya no me apenaba por el difunto, pues sabía que había
trascendido al otro ámbito ¡y sabía que allí era feliz! Es imposible estar
triste allí”
“También
solía creer que no era lo bastante espiritual y que necesitaba esforzarme más
en ese aspecto, pero en mi ECM descubrí que
todos somos espirituales, independientemente de lo que hagamos o creamos.
No podemos ser otra cosa, porque eso es lo que somos: seres espirituales. Lo
que pasa es que no siempre nos damos cuenta de ello, nada más.
Comprendí
que solo puedo hallar la verdadera dicha y felicidad si me quiero a mí misma,
yendo a mi interior, siguiendo a mi corazón y haciendo lo que me proporciona
alegría.
Descubrí
que cuando mi vida parece estar a la deriva y me siento perdida (cosa que
todavía me pasa a menudo), lo que ello significa es que he perdido el sentido
de mí misma, mi sentido de ser. Significa que no estoy conectada con quien soy
verdaderamente y con lo que he venido a hacer aquí. Esto es lo que ha tendido a
suceder cuando he dejado de escuchar mi propia voz interior y he delegado mi
poder en fuentes externas, como la televisión, los anuncios, los periódicos,
las grandes compañías farmacéuticas, mis colegas, las creencias sociales y
culturales, y cosas así”
“Debido
a mi experiencia, estoy absoluta y poderosamente convencida de que todos tenemos la capacidad de curarnos a nosotros
mismos, así como de facilitar la curación de otros. Cuando entramos en
contacto con ese lugar infinito que hay en nuestro interior, donde somos Todo,
entonces la enfermedad ya no puede permanecer en el cuerpo”
“Nuestra única obligación es ser siempre
fieles a nosotros mismos y permitir que las cosas sucedan”
“Todo
ocurre cuando estamos preparados para que ocurra”
“Me
doy cuenta de que me siento más plena y poderosa cuando soy capaz de soltarlo
todo, de suspender tanto mis creencias como mis incredulidades, y me permito
permanecer abierta a todas las posibilidades. Es entonces cuando soy también
capaz de experimentar la máxima claridad interior y la perfecta sincronización
con todo. Tengo la impresión de que el mero hecho de necesitar certidumbre es
ya de por sí un obstáculo para llegar a experimentar mayores niveles de
conciencia. Por el contrario, el proceso de soltar y liberar todo vínculo o
apego con cualquier creencia o resultado es, en sí mismo, catártico y curativo.
La paradoja es que, para que suceda la
verdadera curación, hay que abandonar la necesidad de curarse y, simplemente,
dejarse llevar, confiar y disfrutar del viaje que es la vida”
“La
enfermedad no es culpa nuestra. Creer que se es culpable puede ser causa de
frustración para quien está enfermo. No es así; no hay culpa. Lo que sí ocurre es
que nuestra biología responde a nuestra
conciencia”
“Quiero
aclarar que mi curación no se debió tanto a una transformación de mi estado
mental o a un cambio de creencias como a que finalmente permití que mi
verdadero espíritu saliera a la luz”
“Sé que mi única tarea es ser. Mi tarea
aquí es ser yo misma, es decir, ser la expresión del amor que soy y ver la
perfección en mí misma, en los demás y en el mundo que me rodea mientras sigo
viviendo en este plano físico. Y eso es todo lo que cualquiera de nosotros
necesita ser”
Fragmentos del epílogo:
“La única solución universal que tengo es
que te ames a ti mismo incondicionalmente y que no tengas miedo de ser tú mismo.
Esa es la lección más importante que aprendí en mi ECM, y creo sinceramente que,
si siempre hubiera sabido esto, para empezar, nunca habría tenido cáncer.
Cuando
somos fieles a nosotros mismos, nos convertimos en instrumentos de la verdad en
este planeta. Como todos estamos conectados, tocamos las vidas de todos los que
nos rodean, que a su vez afectan a las vidas de otros. Así, nuestra única obligación
es ser el amor que somos y permitir que nuestras respuestas surjan de nuestro
interior de la forma más apropiada para nosotros.
Finalmente, nunca me cansaré de repetir lo importante que es que
disfrutes de ti mismo y de la vida sin tomarte a ti mismo ni la vida demasiado
en serio”
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