Comparto con vosotros el el artículo de Enric Castelvi publicado en la red Linkedin.
El optimismo puede aprenderse, de hecho no es más que un hábito aprendido, muchas veces a través del ejemplo de las personas más cercanas a nosotros
Diferentes estudios han constatado que:
Los optimistas establecen objetivos más elevados y tienen un mayor compromiso con sus objetivos.
Los optimistas son más resistentes y tienen el poder de la permanencia para el éxito en el largo plazo.
Los optimistas son persistentes, tienen la convicción de que los problemas y las adversidades se pueden superar.
Los optimistas se adaptan mejor al cambio, esto les da la flexibilidad necesaria para gestionar las nuevas circunstancias y un entorno cambiante.
Los optimistas se recuperan rápidamente ante el rechazo y los contratiempos.
Los optimistas se centran en cómo se puede hacer y no por qué no se puede hacer.
Los optimistas tienen más seguridad interior y menos miedo al fracaso.
Los optimistas ven el éxito como una meta permanente y cada éxito les motiva y estimula para alcanzar ideales más elevados.
Los optimistas tienen el convencimiento de que pueden influir y controlar sus resultados y por lo tanto, esforzarse más.
Los optimistas tienen las habilidades para manejar sus pensamientos, emociones y actitudes en tiempos difíciles.
Los optimistas tienen más capacidad para producir cuando las cosas se ponen difíciles.
Los optimistas tienen mejor estado de salud y tienen menos días de baja y son menos propensos a abandonar sus puestos de trabajo.
Si esto es así, ¿A que esperamos para ponernos las pilas?
Los optimistas establecen objetivos más elevados y tienen un mayor compromiso con sus objetivos.
Los optimistas son más resistentes y tienen el poder de la permanencia para el éxito en el largo plazo.
Los optimistas son persistentes, tienen la convicción de que los problemas y las adversidades se pueden superar.
Los optimistas se adaptan mejor al cambio, esto les da la flexibilidad necesaria para gestionar las nuevas circunstancias y un entorno cambiante.
Los optimistas se recuperan rápidamente ante el rechazo y los contratiempos.
Los optimistas se centran en cómo se puede hacer y no por qué no se puede hacer.
Los optimistas tienen más seguridad interior y menos miedo al fracaso.
Los optimistas ven el éxito como una meta permanente y cada éxito les motiva y estimula para alcanzar ideales más elevados.
Los optimistas tienen el convencimiento de que pueden influir y controlar sus resultados y por lo tanto, esforzarse más.
Los optimistas tienen las habilidades para manejar sus pensamientos, emociones y actitudes en tiempos difíciles.
Los optimistas tienen más capacidad para producir cuando las cosas se ponen difíciles.
Los optimistas tienen mejor estado de salud y tienen menos días de baja y son menos propensos a abandonar sus puestos de trabajo.
Si esto es así, ¿A que esperamos para ponernos las pilas?
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