Comparto con vosotros el texto publicado por Tamara Mercedes en vidapositiva.com
Si consigo evitar que un corazón se rompa o que una vida se pierda, entonces no habré vivido en vano...
Si consigo aliviar el dolor de una vida, calmar una pena, o tan sólo que el pájaro desvalido vuelva a su nido, no habré vivido en vano...
Quien hace algo para ayudar sincera y desinteresadamente a los demás, no ha vivido en vano... “Hay mayor felicidad en dar que en recibir.” El que ha hecho la prueba, puede dar testimonio de ello. Quien comparte con otros, abre las puertas de esa inmensa felicidad que tanto codiciamos los seres humanos...
Vive en vano sólamente aquel que, encerrado en su egoísmo, desperdicia sus talentos y se vuelve estéril... Aquel que pasa distraído o voltea la cara frente al que sufre... El que sólo vive para satisfacer su avaricia y nunca comparte con los demás, ni siquiera parte de lo bueno que hay en él...
Nada de lo que hagamos en esta vida con AMOR y en favor de los demás, será inútil...
Procuremos vivir siempre al servicio de los demás. Independientemente de lo que hagamos con ella, en esta vida cosechamos exactamente aquello que hemos sembrado...
De nada nos servirá que nos afanemos por el trabajo, las apariencias, las riquezas, la fama o el poder, pues todas estas cosas son vanas y perecederas. El AMOR es lo único que permanece...
Al final de nuestras vidas, lo que en verdad tendrá importancia, será la ayuda que prestamos a los demás y todo el AMOR que compartimos con ellos...
Pues de todos modos, las cosas materiales se quedarán, mientras que el AMOR es lo único que podremos transportar con nosotros adondequiera que vayamos...
¡Siembra AMOR por dondequiera que vayas y serás parte de la cosecha divina!
Si consigo aliviar el dolor de una vida, calmar una pena, o tan sólo que el pájaro desvalido vuelva a su nido, no habré vivido en vano...
Quien hace algo para ayudar sincera y desinteresadamente a los demás, no ha vivido en vano... “Hay mayor felicidad en dar que en recibir.” El que ha hecho la prueba, puede dar testimonio de ello. Quien comparte con otros, abre las puertas de esa inmensa felicidad que tanto codiciamos los seres humanos...
Vive en vano sólamente aquel que, encerrado en su egoísmo, desperdicia sus talentos y se vuelve estéril... Aquel que pasa distraído o voltea la cara frente al que sufre... El que sólo vive para satisfacer su avaricia y nunca comparte con los demás, ni siquiera parte de lo bueno que hay en él...
Nada de lo que hagamos en esta vida con AMOR y en favor de los demás, será inútil...
Procuremos vivir siempre al servicio de los demás. Independientemente de lo que hagamos con ella, en esta vida cosechamos exactamente aquello que hemos sembrado...
De nada nos servirá que nos afanemos por el trabajo, las apariencias, las riquezas, la fama o el poder, pues todas estas cosas son vanas y perecederas. El AMOR es lo único que permanece...
Al final de nuestras vidas, lo que en verdad tendrá importancia, será la ayuda que prestamos a los demás y todo el AMOR que compartimos con ellos...
Pues de todos modos, las cosas materiales se quedarán, mientras que el AMOR es lo único que podremos transportar con nosotros adondequiera que vayamos...
¡Siembra AMOR por dondequiera que vayas y serás parte de la cosecha divina!
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