domingo, 14 de noviembre de 2021

Ser amables nos hace sentir bien

Me encontré en la estación del metro a una persona invidente totalmente perdida dando vueltas. Al ser hora punta muchas personas pasaban a su alrededor ignorándola. Me acerqué y le pregunté: “¿Te puedo ayudar?” Y me dijo: “Muchas gracias. Es la primera vez que estoy en el metro y no encuentro la entrada”. La acompañé hasta que tomó su metro. En el camino me preguntó: “¿Por qué has hecho esto por mí?” y le dije: “Las gracias te las tengo que dar yo a ti ya que me has dado la oportunidad de ayudarte”. Muy sorprendida me preguntó: “¿Quién eres?” le respondí: “Un ciudadano más”. Os aseguro que fue indescriptible la sensación de paz y plenitud que sentí al poder hacer algo por una persona desconocida sin esperar nada a cambio.

Según el Dr. David Hamilton: “la amabilidad altera el cerebro, dilata las arterias y reduce la presión sanguínea. También es un antídoto para la depresión y retarda los siete grandes procesos del envejecimiento, incluso desde el plano celular”.

Pequeños actos de amabilidad que hacemos todos los días tales como sonreír, dar gracias o acompañar a quien sufre nos ayudan a tomar conciencia que el sentido de nuestra vida es extender el Amor que en esencia somos y que en el fondo somos Uno en este mundo de miedo, dolor y muerte. 

Ser amables nos hace sentir bien.

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