Comparto con vosotros
fragmentos del libro La ley del Amor de Vicent Guillem Primo.
“La ambición es un deseo poderoso
de querer poseer o dominar. Si la posesión que se ambiciona es de tipo material
entonces se manifiesta en forma de
codicia y avaricia. Es decir, que la codicia y la avaricia son en realidad
variantes de la ambición.
La ambición de poder y dominio
sobre territorios y personas es otra variante de la ambición. El ambicioso
también suele ser envidioso, porque
aspira a conseguir estar por encima de todo y de todos y no permite que nadie le
haga sombra.
El ambicioso nunca está conforme
con lo que va adquiriendo y siente un deseo insatisfecho de poseer cada vez más.
Cree que al ir consiguiendo los objetivos que se propone va a conseguir ser
feliz. Sin embargo una vez consigue lo que se propone no se conforma, sino que
siempre quiere más. Entonces busca un objetivo todavía más desmedido y difícil
de conseguir.
¿Pero no hay personas que ambicionan objetivos nobles, como la paz
mundial o la erradicación del hambre o la guerra? ¿Actúan
incorrectamente?
Eso no son ambiciones, sino
aspiraciones. La diferencia entre la aspiración y la ambición en el sentido que
aquí le estamos dando a la palabra es que el ambicioso no se mueve por ideales nobles
sino egoístas, por eso no suele tener escrúpulos a la hora de actuar. El
ambicioso jamás se detiene en su afán de poseer y dominar, porque nunca está
satisfecho con lo que tiene. Es decir, que la ambición es insaciable y
desmedida. El ambicioso no respeta
ningún código ético ni moral. Tiene el concepto de que el fin justifica los
medios, y por tanto no respeta el libre albedrío. Por eso suele imponer su
criterio a los demás y no admite el fracaso. Se enfada muchísimo cuando sus
expectativas no se ven satisfechas y suele buscar formas más agresivas y dañinas
para tratar de conseguir su objetivo. Es decir, si no puede conseguir lo que
quiere por las buenas, entonces lo hace por las malas. Por eso pocas veces se satisface la ambición sin
perjuicio para los demás.
¿Cómo se supera la ambición?
Tomando conciencia de que ese
deseo poderoso de querer poseer o dominar no lleva a la felicidad, sino que sólo
genera turbación y desasosiego en uno mismo y sufrimientos de todo tipo en los
demás. La ambición desmedida es una manifestación del egoísmo sumamente
perniciosa. Las personas dominadas por
la ambición desmedida son las que causan un mayor daño y sufrimiento a la
humanidad”
“Todos lo que se han afanado en
conseguir, todo, absolutamente todo lo perderán al dejar el mundo material, y lo
que se van a encontrar cuando pasen al mundo espiritual es una enorme deuda
kármica, que empezará por la experimentación en sí mismos de todo el sufrimiento
que han generado en los demás. Y hasta que no hayan reparado todo el mal que
hicieron no dejará de sufrir su espíritu, lo cual les puede costar tanto tiempo
que les puede llegar a parecer una eternidad.”
No se yo de qué y por qué me suena ese libro y el autor, pero es muy bueno. ¡¡¡JA,ja,ja!!! Un fuerte abrazo Manuel.
ResponderEliminarRaúl
Raúl, un fuerte abrazo también para ti.
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