viernes, 15 de abril de 2011

No voy a discutir, no voy a convencer, no voy a aclarar

A esta altura de mi vida en la que estoy a punto de cumplir medio siglo quiero compartir con vosotros mi forma de pensar:

No voy a discutir.
Respeto las ideas del otro y no voy a imponer las mías.

No voy a convencer.
Prefiero actuar con claridad de conciencia y que mis actos reflejen mi vida interior.

No voy a aclarar.
Para el que me conoce de verdad, no es necesario justificar mis actos ya que comprende porqué lo hago. Para el que no me conoce, por más que le diga estaré condenado de antemano por sus prejuicios hacia mí.

Según el libro Lecciones de vida de Elisabeth Kübler-Ross y David Kessler:

“Nuestra felicidad no depende de que las relaciones cambien a mejor. La verdad es que no podemos cambiar a los demás, ni debemos.”

“Recuerda que de lo que se trata no es de decir al otro que está en un error y tiene que cambiar. Tampoco se trata de hacer mejor a la otra persona: siempre se trata de uno mismo. Cada uno crea su propio destino. Cada uno debe ver que lecciones hay en los problemas que le surgen.”

“Al concentrarnos en el otro nos olvidamos del verdadero trabajo que nos corresponde en la relación: nosotros mismos. No debemos vaciarnos de nosotros mismos por llenarnos del otro. La única persona que controlamos es la nuestra. Si trabajamos en nosotros, las circunstancias que vemos cambiarán por sí solas.”