Eres un buscador espiritual nato. Has seguido varias doctrinas. Cuando te hablan de una nueva que te resuena no dudas en leer su bibliografía, formarte y profundizar en ella hasta convertirte en un experto en la materia.
También has asistido a un sinfín de talleres, retiros y encuentros en los que has hecho todo tipo de ejercicios grupales.
Y te preguntas: ¿Cómo es posible que no avance en mi camino interior? No encuentro la paz.
Eres como esa persona que, antes de ir al gimnasio, lee todo tipo de manuales sobre los mejores ejercicios a realizar. Ve infinidad de vídeos y conoce todos los músculos del cuerpo.
Lo sabe todo sobre lo que tiene que hacer. El problema es que no es capaz de levantar una mancuerna… con lo que su cuerpo sigue igual, a pesar de sus conocimientos, ya que no ha puesto en práctica las enseñanzas.
Lo mismo ocurre en tu camino interior. No has avanzado ni un milímetro por más lecturas, cursos y retiros que has hecho. Y esto te pasa ya que sigues viendo el mundo desde la perspectiva del ego, la habitual, la de siempre, la que te hace estar anclado en el sufrimiento. No has retirado ni una sola capa de la coraza que envuelve a tu Luz interior.
No te preocupes y ocúpate. Pon en marcha el entrenamiento de tu mente. Empieza desde ya. Identifica cada pensamiento no amoroso que te venga, que serán la mayoría, de juicio, miedo, ira etc. ya que los tienes por seguir al ego, al maestro equivocado.
Pide ayuda a tu Ser y dile: “Te entrego este sufrimiento. Quiero verlo de otra manera”. Ten por seguro que te escucha y, cuando corresponda, te dará una nueva percepción de esa situación, o relación, que te dará paz.
A esto le llaman el verdadero perdón que viene de un cambio de percepción guiado desde el Amor. Donde antes veías ataque, o injusticia, ahora ves a una persona muerta de miedo que está pidiendo Amor a gritos, a su manera, por eso se comporta así.
Ves qué sencillo es. Desde tu interior ya empieza a salir un poquito más de Luz. Acabas de avanzar un paso en tu camino interior.
Aquí, en este mundo, todos estamos sufriendo. Y esa Luz que emana de tu interior abraza a los que te rodean como un cálido sol que no quema y les da paz, la paz que tú sientes.
Entrena tu mente y ábrete al Amor. Ponte a ello y hazlo sin descanso.
También has asistido a un sinfín de talleres, retiros y encuentros en los que has hecho todo tipo de ejercicios grupales.
Y te preguntas: ¿Cómo es posible que no avance en mi camino interior? No encuentro la paz.
Eres como esa persona que, antes de ir al gimnasio, lee todo tipo de manuales sobre los mejores ejercicios a realizar. Ve infinidad de vídeos y conoce todos los músculos del cuerpo.
Lo sabe todo sobre lo que tiene que hacer. El problema es que no es capaz de levantar una mancuerna… con lo que su cuerpo sigue igual, a pesar de sus conocimientos, ya que no ha puesto en práctica las enseñanzas.
Lo mismo ocurre en tu camino interior. No has avanzado ni un milímetro por más lecturas, cursos y retiros que has hecho. Y esto te pasa ya que sigues viendo el mundo desde la perspectiva del ego, la habitual, la de siempre, la que te hace estar anclado en el sufrimiento. No has retirado ni una sola capa de la coraza que envuelve a tu Luz interior.
No te preocupes y ocúpate. Pon en marcha el entrenamiento de tu mente. Empieza desde ya. Identifica cada pensamiento no amoroso que te venga, que serán la mayoría, de juicio, miedo, ira etc. ya que los tienes por seguir al ego, al maestro equivocado.
Pide ayuda a tu Ser y dile: “Te entrego este sufrimiento. Quiero verlo de otra manera”. Ten por seguro que te escucha y, cuando corresponda, te dará una nueva percepción de esa situación, o relación, que te dará paz.
A esto le llaman el verdadero perdón que viene de un cambio de percepción guiado desde el Amor. Donde antes veías ataque, o injusticia, ahora ves a una persona muerta de miedo que está pidiendo Amor a gritos, a su manera, por eso se comporta así.
Ves qué sencillo es. Desde tu interior ya empieza a salir un poquito más de Luz. Acabas de avanzar un paso en tu camino interior.
Aquí, en este mundo, todos estamos sufriendo. Y esa Luz que emana de tu interior abraza a los que te rodean como un cálido sol que no quema y les da paz, la paz que tú sientes.
Entrena tu mente y ábrete al Amor. Ponte a ello y hazlo sin descanso.

