sábado, 1 de diciembre de 2012

En la paz está el progreso humano

Jon Aizpúrua en su conferencia sobre “El Mundo de los Mediums” en el Congreso “Vida después de la vida” de Albacete (España) el 28 de octubre de 2012 expone algunas ideas fundamentales sobre la mediumnidad y la comunicación de los espíritus.

Comienza haciendo una interesante revisión histórica de la comunicación entre el plano espiritual y el plano físico sirviéndose de personas con la sensibilidad especial para recibir los mensajes, codificarlos y transmitirlos a través de las distintas posibilidades de la mediumnidad. Afirma que el hecho mediumnico ha acompañado a la Humanidad en todos los tiempos y que la mediumnidad es una de las palancas del progreso humano.

Habla de las diferentes teorías sobre la mediumnidad como son la demoníaca, psiquiatrica, ocultista, anímica y espiritista que, según Jon, es la más completa y coherente. Comenta el origen del espiritismo y el desarrollo de la doctrina y filosofía espírita. Explica la visión espírita de la mediumnidad.

Termina con una visión global diciendo: ...“nadie tiene la verdad absoluta en nada”...“cada día tengo más preguntas y menos respuestas”...“cada día me doy cuenta de las enormes dificultades para llegar a eso que se llama la verdad”...

Lanza el mensaje ecuménico, abierto: “no pidamos que todos piensen como nosotros y seamos tolerantes, porque en la tolerancia está la paz y en la paz está el progreso humano”.

Finaliza la conferencia recordando uno de los mensajes más bonitos y de mayor sentimiento del reverendo Martin Luther King que una mañana dirigiéndose a la multitud les dijo: tuve un sueño, y soñé que un niño de la India le preguntaba a su padre... ¿papá que es el hambre? Y soñé que un niño de Alabama le preguntaba a su padre... ¿papá que es la discriminación racial? Y soñé que sus respectivos padres no les podían decir que significaban ni hambre, ni discriminación racial. Y soñé que vino un sabio y les aclaró... lo que pasa es que palabras como esas, como las diligencias, que ya no se usan, o como las cataplasmas, que ya no se aplican. Palabras como hambre o discriminación o segregación han sido eliminadas de los diccionarios porque ya no se aplican, porque ya no tienen sentido. Y soñé que ese sabio les decía a todos: vamos a conjugar a partir de ahora, en todo el mundo, las palabras que si se usan: solidaridad, fraternidad y amor, las demás palabras de odio, ruindad, venganza, envidia, ya no sirven, ya no se usan, ya no tienen sentido para el género humano.

Las últimas palabras de Jon son: “vamos todos a apoyar la causa del amor

sábado, 27 de octubre de 2012

El perdón es una expresión de amor

Comparto con vosotros fragmentos del libro “Lecciones de vida” de Elisabeth Kübler-Ross y David Kessler. 

“Necesitamos perdonar para poder vivir íntegramente la vida”

“A todos nos han hecho daño; no merecíamos ese dolor, y no obstante nos hirieron. Y, a decir verdad, es casi seguro que también hemos hecho daño a otros. El problema no es el daño producido, sino el no poder o no querer olvidar. Ésa es la herida que sigue doliendo”

“Tenemos la opción de perdonar o de vivir con resentimiento”

“Cuando no perdonamos, nos aferramos a viejas heridas, daños y disgustos. Conservamos vivas las partes desdichadas del pasado y alimentamos nuestros resentimientos. Cuando no perdonamos nos convertimos en esclavos de nosotros mismos

“La gente que se niega a perdonar necesita recordar que con ello no castigan a nadie, sólo a sí mismos”

“El perdón no significa dejar que la gente nos pisotee. Es caridad en el mejor sentido de la palabra. Al perdonar, aceptamos que alguien no estaba en su mejor momento cuando nos causo la herida”

El perdón ocurre en nuestro interior. Perdonamos para sanarnos. La conducta del otro es su problema. No tenemos que perdonar la conducta: sólo necesitamos perdonar a la persona”

“El perdón no tiene que ver con la persona que nos hizo daño, así que no debemos preocuparnos por ella. Lo que hizo probablemente tenía que ver más con ella misma, con su mundo y sus problemas que con nosotros. Al dejar de preocuparnos por ella nos sentiremos libres”

“Vengarnos sólo nos proporciona, si acaso, una sensación temporal de alivio o satisfacción. Después nos sentimos culpables por rebajarnos a la clase de conducta que en principio nos pareció mal”

El resentimiento nos mantiene estancados. Conocemos bien este viejo terreno y nos sentimos tan cómodos en él que consideramos que el perdón es como aventurarse en lo desconocido”

“En el perdón, recuperamos nuestro poder para vivir y florecer más allá de un incidente ofensivo. Aferrarnos a la herida nos mantiene en un estado constante de víctimas; con el perdón, superamos la herida”

La persona que más a menudo necesitamos perdonar es a nosotros mismos. Tenemos que perdonarnos por lo que hemos hecho, y por lo que no hemos hecho”

“Con frecuencia, sobre todo cuando somos jóvenes, nos sentimos responsables de todo lo que pasa alrededor de nosotros, generalmente más de lo que debemos”

“La clave para perdonarnos es comprender que si hubiéramos tenido una mejor visión habríamos hecho las cosas de diferente manera”

“Creíamos estar haciendo lo correcto, lo cual es la razón por la que debemos perdonarnos por no saberlo todo. Y aun en el caso de haber hecho daño a alguien intencionadamente, tal vez fue porque estábamos dolidos”

“El perdón no es algo que ocurre una vez en la vida, siempre está en marcha. Es nuestro proceso de mantenimiento espiritual. El perdón nos ayuda a mantenernos en paz y en contacto con el amor. Nuestra única tarea es intentar abrir de nuevo el corazón”

lunes, 17 de septiembre de 2012

Ahora vivo entre dos mundos


En su conocida obra “Muchas vidas, muchos maestros”, el psiquiatra Brian Weiss, relata su investigación sobre el poder curativo de la regresión a vidas anteriores. Comparto con vosotros fragmentos del libro.

“Los años de estudio disciplinado habían adiestrado mi mente para pensar como médico y científico, moldeándome en los senderos estrechos del conservadurismo profesional. Desconfiaba de todo aquello que no se pudiera demostrar según métodos científicos tradicionales

“Entonces conocí a Catherine. Durante dieciocho meses utilicé métodos terapéuticos tradicionales para ayudarla a superar sus síntomas. Como nada parecía causar efecto, intenté la hipnosis. En una serie de estados de trance, Catherine recuperó recuerdos de ‘vidas pasadas’ que resultaron ser los factores causantes de sus síntomas. También actuó como conducto para la información procedente de ‘entes espirituales’ altamente evolucionados y, a través de ellos, reveló muchos secretos de la vida y de la muerte.

En pocos y breves meses, sus síntomas desaparecieron y reanudó su vida, más feliz y en paz que nunca. En mis estudios no había nada que me hubiera preparado para algo así. Cuando estos hechos sucedieron me sentí absolutamente asombrado. No tengo explicaciones científicas de lo que ocurrió. En la mente humana hay demasiadas cosas que están más allá de nuestra comprensión.”

“Nosotros, como sociedad, podemos beneficiarnos mucho con la investigación de los misterios que encierran el alma, la mente, la continuación de la vida después de la muerte y la influencia de nuestras experiencias en vidas anteriores sobre nuestra conducta actual”

“A lo largo de la historia, la humanidad siempre se ha resistido al cambio y a la aceptación de ideas nuevas. Los textos históricos están llenos de ejemplos. Cuando Galileo descubrió las lunas de Júpiter, los astrónomos de su época se negaron a aceptar su existencia e incluso a mirar esos satélites, pues estaban en conflicto con las creencias aceptadas. Así ocurre ahora entre los psiquiatras y otros terapeutas, que se niegan a examinar y evaluar las considerables pruebas reunidas acerca de la supervivencia tras la muerte física y sobre los recuerdos de vidas pasadas

“Estoy firmemente convencido de que los terapeutas deben tener la mente abierta”

A continuación se describe cómo cambiaron las vidas de Brian y su paciente Catherine después de las experiencias de regresión a vidas anteriores de ella:

“Catherine está ahora en libertad para disfrutar plenamente de su vida, sin verse paralizada por sus síntomas incapacitantes. Ha hallado una felicidad y un contento que nunca había creído posibles. Ya no teme a la enfermedad ni a la muerte. Para ella la vida tiene un significado y un objetivo, puesto que está equilibrada y en armonía consigo misma. Irradia una paz interior que muchos desean, pero pocos obtienen. Se siente más espiritual”

Mi vida ha cambiado casi tan drásticamente como la de Catherine. Me he vuelto más intuitivo; capto mejor las partes ocultas de mis pacientes, colegas y amigos. Al parecer, sé muchas cosas sobre ellos aun antes de lo debido. Mi sistema de valores, las metas de mi vida han adquirido un enfoque más humanista, menos acumulativo”

“He comenzado a meditar, cosa que, hasta hace poco, creía factible sólo para hindúes y californianos. Las lecciones transmitidas por medio de Catherine se han convertido en parte consciente de mi vida cotidiana. Al recordar el significado más profundo de la vida, al pensar en la muerte como parte natural de la existencia, me he vuelto más paciente, más empático, más afectuoso. También me siento más responsable de mis acciones, tanto las negativas como las elevadas. Sé que habrá que pagar un precio. Lo que va, efectivamente, vuelve.

Aún escribo artículos científicos, doy conferencias en congresos profesionales y dirijo el departamento de Psiquiatría. Pero ahora vivo entre dos mundos: el mundo fenoménico de los cinco sentidos, representado por el cuerpo y las necesidades físicas, y el mundo mayor de los planos no físicos, representados por el alma y el espíritu. Sé que los mundos están vinculados, que todo es energía. Sin embargo, muchas veces parecen guardar gran distancia entre sí. Mi trabajo consiste en conectar esos mundos, en documentar cuidadosa y científicamente esa unidad”

Y así finaliza el libro:

“Confío en que te haya ayudado lo que has leído aquí; que tu propio miedo a la muerte haya disminuido; que los mensajes ofrecidos con respecto al verdadero sentido de la vida te den libertad para continuar viviendo la tuya en plenitud, buscando la armonía y la paz interior, ofreciendo amor a tu prójimo”

martes, 31 de julio de 2012

No siempre sabemos lo que más nos conviene

Comparto con vosotros fragmentos del libro “Lecciones de vida” de Elisabeth Kübler-Ross y David Kessler.
 
“En cualquier momento todos podemos encontrar una paz maravillosa en la entrega. Por desgracia, solemos temerla porque es una renuncia y una derrota, un signo de debilidad. Pero no hay debilidad o dolor en la entrega. Por el contrario, hay alivio y fuerza cuando nos rendimos al conocimiento de que todo está bien, de que alguien se ocupa de todo”

“Puede requerir mucha fe imaginar que todo está bien en plena enfermedad o pérdida. Hasta en las pequeñas pruebas de la vida es difícil rendirse. Queremos controlar las situaciones, queremos que las cosas ocurran a nuestro gusto”

“La idea de que rendirse es positivo puede resultar difícil, hasta que comprendemos que gran parte de la vida debe vivirse con calma

“No tenemos por qué estar siempre aferrados a un trabajo, a una relación, o a una situación. Podemos relajarnos, sabiendo que la vida se revelará como es debido”

Ahora es el momento de rendirse, de dejar que el caballo nos lleve en la dirección que vaya, de nadar a favor de la corriente, no contra ella”

“El universo gobierna con absoluta perfección este complejo planeta de manera asombrosa, con todas sus flores, árboles, animales, vientos, luz solar y todo lo demás, y, no obstante tememos entregarnos a este poder”

“Nadie sabe realmente por qué ocurren los acontecimientos en nuestra vida. El problema es que creemos que deberíamos saberlo; pero vivir requiere humildad, porque la vida es un misterio. Todo se revelará en su tiempo oportuno”

“Al soltarnos, nos liberamos de los esquemas mentales de cómo deben salir las cosas y aceptamos lo que el universo nos presenta. Aceptamos que realmente ignoramos cómo deben ser las cosas. Los moribundos aprenden esto cuando contemplan su vida en retrospectiva. Ven que las situaciones ‘malas’ a menudo los condujeron a algo mejor, y que lo que creían que era bueno no era necesariamente lo mejor para ellos”

“La verdad es que no siempre sabemos lo que mejor nos conviene. Por esa razón tenemos que dejar de querer saber adónde nos llevará la vida, tenemos que dejar de empeñarnos en saber siempre lo que es correcto y abandonar el intento de controlar lo incontrolable. En esos momentos en que creíamos saber absolutamente lo que era mejor, luchábamos con espejismos. Nunca lo hemos sabido, y nunca lo sabremos”

“Hay una diferencia substancial entre entregarse y renunciar. Renunciar es levantar las manos en el aire y decir ante un diagnóstico de enfermedad terminal: ‘¡No hay esperanza, estoy muerto!’. Entregarse es elegir los tratamientos más adecuados y, si no funcionan, aceptar que nuestro tiempo aquí es limitado. Cuando renunciamos, rechazamos la vida que tenemos. Cuando nos rendimos, la aceptamos tal como es. Ser víctima de una enfermedad es renunciar. Comprender que siempre tenemos la posibilidad de elegir en cada situación, es entregarse. Alejarse de la situación es renunciar. Volverse a ella es entregarse”

“Rendirse a la vida ‘tal como es’ puede transformar milagrosamente las situaciones. Cuando nos rendimos, somos capaces de recibir. El universo nos da las herramientas para cumplir nuestro destino cuando dejamos que las cosas sean”

Dejar que las cosas sean en vez de luchar constantemente para hacer que ocurran es un maravilloso regalo que nos hacemos a nosotros mismos. Si vemos nuestra vida en retrospectiva, nos daremos cuenta de que algunos de los mejores momentos y mayores oportunidades no fueron resultado de la lucha por arreglar las cosas. Parecen coincidencias afortunadas, como si ocurrieran porque nos hallábamos en el lugar correcto y en el momento oportuno. Así es como funciona la entrega, y así es como funciona la vida: sutilmente”

“La vida es demasiado breve, no sabemos cuál será nuestro último momento. Descubrir lo bueno en lo malo es una de las lecciones más provechosas

sábado, 5 de mayo de 2012

La lección de la paciencia

Comparto con vosotros fragmentos del libro “Lecciones de vida” de Elisabeth Kübler-Ross y David Kessler.

“La paciencia es una de nuestras más difíciles lecciones, tal vez la más frustrante de aprender”

“Cuando uno está enfermo o depende de alguien, a cualquier parte que mire hay una lección de paciencia”

“Una lección de paciencia es que no siempre obtenemos lo que deseamos. Tal vez queremos algo en este momento, pero tarda en llegar, si es que llega. Aun así, siempre conseguimos lo que necesitamos, aunque no encaje en nuestro cuadro mental”

“La gente ya no sabe esperar, ni sabe lo que esto significa. Es agradable tener lo que uno quiere cuando lo desea, pero la capacidad de demorar la gratificación es importante”

La clave de la paciencia es saber que todo va a salir bien y confiar en que existe un plan. Es fácil olvidarlo, y por ello muchos intentan controlar situaciones que de otro modo funcionarían como estaba previsto, en su momento adecuado y perfecto”

“No tendrás ninguna experiencia vital antes de estar preparado, cuando descubras la confianza y comprendas que las cosas suceden como deben y en su propio tiempo. Entonces podrás relajarte”

“La mente quiere creer que, si cambiamos nuestras circunstancias, encontraremos paz. La mente piensa que tenemos que hacer algo. Pero la realidad es que podemos aceptar las circunstancias tal como son, sabiendo que una profunda paciencia nos dará una profunda paz y sanación

“Ser paciente no significa que tenemos que ser víctimas. Ser paciente no significa que carecemos de poder, no significa tener que tolerar abusos o padecer circunstancias terribles”

“La vida es una serie de experiencias por las que pasamos todos. Existe una razón para cada experiencia, aun cuando no la veamos; hay un propósito en todas las cosas. Todo lo que ha ocurrido es para que aprendamos las lecciones que nos son necesarias. Pero es difícil aprender esas lecciones si gritamos con impaciencia: ¡Esto no me gusta! ¡Quiero que cambie!. A veces sólo hay que vivir la experiencia, en lugar de rechazarla, quejarse de ella o intentar cambiarla”

“Cada experiencia nos lleva hacia un bien superior y una sanación más profunda. Lo maravilloso es que no tenemos que hacer nada especial para conseguirlo. Simplemente vivir la vida tal como se nos presenta”

“El primer paso para adquirir paciencia es renunciar a la necesidad de arreglar o cambiar las cosas, comprender que algunas cosas son como son por una razón, aunque nos parezca lo contrario o no podamos verlo”

Si algo no se puede cambiar, intenta verlo con buenos ojos. Trata de tener un poco de fe en el proceso y en el desarrollo de las cosas. Pese a nuestra idea de que las cosas necesitan nuestro auxilio, muchas de las cosas sorprendentes que suceden en el mundo ocurren sin nuestra ayuda, interferencia o asistencia”

“Hay un poder en el mundo. Debemos confiar en que todas las cosas se mueven hacia el bien, aunque no lo advirtamos ni lo veamos. Eso es fe. Tener paciencia es tener fe”

“La mayoría de las personas no cambiarían sus malas experiencias cuando llegan al final de la vida, porque han aprendido de todo lo que les ha ocurrido. Todo aquello por lo que pasas, cada tormenta en la vida, ocurre para que nazca un perfecto tú

“Si las cosas suceden con demasiada rapidez o con demasiada lentitud para ti, recuerda que tu medida del tiempo no siempre es la mejor, y que existe un plan. Puedes guardar calma y dejar que la vida se revele”

“Al universo le importa quién eres, y, en cualquier situación, en cualquier tiempo, llevará a tu vida lo que necesitas para convertirte en la persona que debes ser. La clave está en confiar y tener paciencia

sábado, 11 de febrero de 2012

Si vives con miedo, no vives

Comparto con vosotros fragmentos del libro “Lecciones de vida” de Elisabeth Kübler-Ross y David Kessler.

“La vida tiene muchas más cosas de las que nos permitimos experimentar. Muchas más cosas serían posibles si dejáramos de ser cautivos del miedo”

“Si sabemos abrirnos paso a través de nuestros miedos, si somos capaces de aprovechar todas las oportunidades posibles, podemos vivir la vida que tan sólo nos habíamos atrevido a soñar. Podemos vivir libres de juicio, sin temor a la censura de los demás, sin restricciones”

Nuestros miedos no evitan la muerte, frenan la vida

“El miedo es una sombra que lo obstruye todo: nuestro amor, nuestros verdaderos sentimientos, nuestra felicidad, nuestro ser mismo”

hay escasa correlación entre lo que tememos y lo que nos ocurre

“los miedos son engañosos porque van formando capas, una encima de la otra. Es posible ir quitándolas una a una hasta llegar al miedo del fondo, el fundamento en el que se apoyan todos los demás. Y ése suele ser el miedo a la muerte”

“si aprendemos a relajarnos frente a la muerte, podremos enfrentar todo lo demás con más facilidad”

“Los pacientes que están al borde de la muerte dicen que han descubierto una increíble felicidad al comprender que no hay nada que temer, nada que perder”

“Por desgracia, cuando el miedo ha desaparecido, solemos estar ya demasiado enfermos o viejos para hacer lo que habríamos hecho antes si no hubiéramos tenido miedo”

“De aquí deriva una clara lección: tenemos que superar nuestros miedos mientras aún podamos hacer aquello que soñamos. Sin embargo, para superar el miedo necesitamos cambiar emocionalmente: debemos mudarnos al amor

“Avanza un pequeño paso cada día haciendo alguna de las pequeñas cosas que temes hacer”

“Cuando dejamos atrás nuestros miedos, descubrimos una nueva vida.”

“La verdadera libertad consiste en hacer las cosas que más nos asustan. Atrévete y encontraras la vida, en lugar de perderla.

sábado, 28 de enero de 2012

Las cinco cosas de las que nos arrepentimos antes de morir


Comparto con vosotros un reportaje publicado en el diario www.abc.es

Me llama especialmente la atención el comentario de un lector:


"Yo he estado en la misma situación. Pasé de estar tumbado plácidamente en la cama a estar ingresado en un hospital donde le comunicaron a mi mujer que no pasaba de ese día. Y aquí estoy. Es verdad que te planteas muchas cosas en ese momento. En mi caso particular, he dejado de valorar las cosas materiales (casas, coches, ropas de marca) y valoro mucho más lo inmaterial pero hermoso como el amor, la amistad, los buenos momentos acompañados de los seres que te quieren y te aprecian. Quizás por lo repentino de la situación, he pasado más a la filosofía del "Carpe Diem" y sin quemar mi futuro (o el de mi familia) sí que intento vivir cuantas más experiencias mejor. Esa vez tuve mucha suerte y no solo sobreviví, sino que además lo hice sin secuelas aparentes. Quizás la próxima no tenga tanta suerte. Ya me da igual no tener un deportivo, o una casa en la playa - ni aspiro a ello - pero las vivencias que estoy teniendo se quedarán siempre conmigo y esas ya nadie me las quita. La lástima (o lo bueno) es estar a punto de morir para darse cuenta de lo que importa de verdad"
 
Muchas personas que han estado a punto de morir, ya sea por un accidente o por una grave enfermedad, suelen cambiar radicalmente su forma de vida una vez restablecidas. Aseguran que superar una situación cercana a la muerte equivale a nacer de nuevo y que no merece la pena vivir una vida que no les satisface.

Lejos de parecer un tópico, a la hora de hacer balance, una gran parte de la población mundial no está satisfecha con la vida que ha desarrollado. Según podemos leer en el blog de Javier Malonda, los motivos de esta insatisfacción, además, suelen ser casi siempre los mismos.

Esta bitácora recoge un artículo escrito por Bonnie Ware, una mujer que durante muchos años ha trabajado en una unidad de cuidados paliativos, atendiendo a enfermos terminales. Su trabajo, titulado “Regrets of the dying“, algo así como “Los lamentos de los moribundos”, recoge los cinco motivos más comunes de arrepentimiento de aquellos que están a punto de morir y que se ha encontrado a lo largo de su vida:

1.- Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí
Se trata del lamento más habitual de todo, ya que al hacer balance de su vida muchas personas descubren que no han llegado a cumplir una mínima parte de sus sueños. En muchas ocasiones, esto se debe a que optaron por hacer lo que creían que debían hacer, en lugar de lo que realmente querían.

2.- Desearía no haber trabajado tan duro
Es el lamento más frecuente entre los pacientes de sexo masculino, que desearían haber pasado más tiempo junto a su familia viendo crecer a sus hijos, en lugar de en su puesto de trabajo.

3.- Desearía haber tenido el coraje para expresar mis sentimientos
Aquellos que reprimieron sus sentimientos para no enfrentarse a quienes los rodeaban se lamentan de haberse conformado con vivir una existencia mediocre y amargada, en la que no eran ellos mismos.

4.- Desearía haberme mantenido en contacto con mis amigos
Al igual que muchas personas se arrepienten de haber descuidado a sus familias, es muy frecuente lamentar no haber cuidado lo suficiente de aquellas amistades verdaderamente importantes. Lamentablemente, cuando se está muy cerca de la muerte es imposible recuperar el tiempo perdido.

5.- Desearía haberme permitido ser más feliz
Se trata de un reproche sorprendentemente común que se hacen aquellas personas que prefirieron engañarse a sí mismos y continuar con unas existencias en las que ya no eran felices, en lugar de enfrentarse a su miedo a cambiar de vida.

Para quien está en su lecho de muerte, hacer balance sin pensar en lo que los demás puedan pensar de él, puede resultar un ejercicio muy frustrante.

Para todos los que todavía están a tiempo de cambiar sus vidas, puede ser una buena forma de corregir lo necesario para, llegado el momento, morir satisfechos con su existencia.