sábado, 2 de abril de 2022

La alocada idea

En cada momento de nuestras vidas, debido a la culpa inconsciente (que ignoramos tener), el ego nos recuerda ese instante inicial en el que tuvimos la alocada idea de pensar cómo sería un mundo alejado del Padre, de nuestra Fuente. Idea que nos tomamos tan en serio que desde el ego (nuestro fragmento de mente errada) decidimos crear esta ilusión de universo de materia / energía en el que creemos vivir. Un mundo onírico y trágico de miedo, sufrimiento y muerte.

Son los pensamientos egoícos los que nos hacen sufrir sin ver salida ni solución a la infinidad de problemas que parece que tenemos, o que nos vendrán.

Si realmente tomáramos conciencia que, al igual que en el origen de los tiempos, fue en nuestra mente como Hijo de Dios donde ideamos el aparente problema de la separación (que nunca llegó a ocurrir) es únicamente en nuestra mente donde está la solución. ¡Qué buena noticia! pues solo hay un problema y solo una solución. Y es bien sencilla, aunque difícil de poner en práctica debido a que casi permanentemente elegimos seguir al ego. Basta con querer ver esa situación que nos hace sufrir de otra manera, desde los ojos del Amor. Y para conseguirlo siempre tenemos a nuestro lado al Espíritu Santo, o a Jesús, el terapeuta perfecto, que atendiendo nuestra solicitud amablemente nos conducirá a ver la situación de otra manera, desde nuestra esencia, desde el Amor. Y el resultado, cuando corresponda, será un cambio de nuestra percepción en el que nos quedaremos temporalmente en paz. Probablemente la situación no cambiará, pero la veremos de una nueva manera que nos dará paz.

Si entregamos nuestro sufrimiento al Espíritu Santo, o a Jesús, dará igual cómo, dónde o quién estemos, para interiormente estar en paz.