sábado, 28 de marzo de 2020

Sincronicidad

Crees que todo pasa por ti, por tu control. Fíjate que lo mejor y lo peor que te ha pasado, normalmente no lo tenías previsto, al menos a nivel consciente.

Hay una maravillosa sincronicidad, que no casualidad. Todas las piezas encajan. Todo ocurre de manera perfecta en tiempo y forma. Estás donde tienes que estar, en el momento oportuno, para aprender las lecciones que necesitas en tu despertar.

La mejor actitud que puedes tener ante la Vida es confiar y entregar lo mejor de ti mismo en aquello que estés haciendo, sea lo que sea.

Date la oportunidad de disfrutar del presente, el aquí y ahora.

sábado, 21 de marzo de 2020

Morir solo es el final de una etapa en el camino de la vida

Somos ignorantes por nuestra falta de perspectiva. Creemos que nuestra vida comienza con el nacimiento y finaliza con la muerte cuando realmente en esencia nunca nacimos, ni nunca moriremos ya que somos seres espirituales eternos creados desde la Fuente, desde Dios, al extender su infinito Amor.

Una vez que nuestras constantes vitales cesen y se produzca el fallecimiento del cuerpo comprobaremos extrañados como nuestra conciencia sigue viva. Estupefactos veremos nuestro cuerpo desde fuera y sentiremos el llanto de las personas que nos han acompañado hasta el final. Hasta es posible que asistamos a nuestro propio funeral. Y por fin comprobaremos que la muerte como tal no existe, solo existe la creencia en la muerte al seguir viviendo en otra estructura más liviana.

Morir no equivale a “descansar en paz” ya que la muerte nos liberará del dolor físico pero no del sufrimiento mental y miedo que nos acompañará hasta que tomemos conciencia que son solo los pensamientos los que crean “nuestro infierno”.

Al venir a esta tierra escribimos una página más en el diario de nuestra vida, que ya lleva escritas cientos o miles de ellas, y en el que continuaremos escribiendo muchas más.

Cuando llegue ese gran momento del final de nuestra existencia, abordémoslo desde la curiosidad del niño que llega a una nueva ciudad. Soltemos nuestros apegos y preocupaciones ya que donde vamos no las necesitaremos. Demos gracias por la oportunidad de haber nacido y experimentado en esta tierra. Y desde esta confianza, serenamente abrámonos a la entrada en una nueva etapa de nuestra vida.

jueves, 19 de marzo de 2020

Cambiemos el mundo desde nuestro interior

Esta crisis mundial por el coronavirus nos da la oportunidad de hacer un alto en el camino.  El aislamiento es una maravillosa ocasión para mirar hacia adentro y encontrar el sentido de nuestras vidas.

Reflexionemos  si realmente estamos viviendo la vida que queremos vivir o la vida que los demás quieren que vivamos.

Busquemos en nuestro interior el amor que somos y así nuestra luz se extenderá a todo el Universo como un bálsamo de paz que llegará a los temerosos corazones agobiados por el miedo.

Cambiemos el mundo desde nuestro interior.

domingo, 15 de marzo de 2020

Todo lo que necesitamos para ser felices está en nuestro interior

En el fondo, muy en el fondo, prácticamente todos estamos sumidos en el miedo. Miedo a la enfermedad, miedo a envejecer en soledad, miedo a la muerte, miedo a que le pase algo a nuestros hijos y familiares, miedo a perder a nuestra pareja, miedo a la escasez… miedos… miedos… miedos…
 
Es normal que tengamos esta forma de pensar al creer que la solución a nuestros miedos tiene que venir de fuera.
 
Me pregunto, y si en vez de afrontar las situaciones desde el miedo las tomáramos como magníficas oportunidades para experimentar y crecer interiormente.
 
Nos resulta angustioso quedarnos solos y/o aislados ya que nos obliga a mirar hacia dentro.
 
Si tomáramos conciencia que todo lo que necesitamos para ser felices está en nuestro interior y lo único que nos puede hacer sufrir son nuestros propios pensamientos tal vez empezaríamos a ver la vida de otra manera.

domingo, 1 de marzo de 2020

Todo juicio es auto-ataque

Todas nuestras culpas vienen de la culpa original oculta en las profundidades del inconsciente. Se generó hace tantísimo tiempo que es imposible recordarla. Fue el fruto de una decisión: nuestra idea de vivir en un mundo separado de la Fuente, del Amor que somos. Esa errónea y alocada decisión fue el origen de la culpa inconsciente que gobierna nuestras vidas. Aunque lo ignoremos, en cada instante estamos reviviendo esa decisión tomada y la culpa que generó nos corroe interiormente al creer que destruimos el mundo de felicidad y armonía del que gozábamos junto a la Fuente.

Fue justo en ese instante cuando decidimos implantar “un guardián de la separación”, el ego, al que le dimos una instrucción muy concreta: “tú serás el que nos mantendrá alejado de la Fuente”. Para ello fabricamos un universo (Big Bang) en el que tener una identidad individual y escondernos de la Fuente.

Dado que la culpa nos hace sentir fatal, utilizamos el mecanismo psicológico de la proyección para intentar librarnos de ella. La proyectamos fuera en el mundo en forma de ataque o juicio a los demás aprovechando cualquier situación o relación. Ingenuamente creemos que así nos liberaremos de ella. Nada más lejos de la realidad. Al atacar al otro, inconscientemente sabemos que estamos atacando a un inocente, ya que el origen de nuestra ira es nuestra propia culpa proyectada sobre el otro, con lo que sentiremos más culpa y además nos entrará miedo por su posible respuesta de contraataque. Como la culpa es el “combustible” del ego, al aumentar nuestro nivel de culpa el ego saldrá fortalecido y así mantendrá activa la separación de la Fuente vida tras vida en un ciclo de sufrimiento y muerte sin aparente fin. Una horrible pesadilla.

Una de las formas más eficaces de salir del sufrimiento es aminorar el nivel de culpa inconsciente a través de la práctica del verdadero perdón. Consiste en comprender que todo ataque o juicio es auto-ataque y además se solicita ayuda a la Fuente para poder ver la situación de otra manera, desde los ojos del Amor. Da como resultado la eliminación de ese fragmento de culpa, reducción del ego, menor reactividad y mayor paz interior.

El mundo es el entorno ideal para practicar nuestras lecciones de verdadero perdón. Ahora ya sabemos que cada ataque, juicio, crítica contra otro, o contra nosotros mismos, viene del ego y podemos utilizarlo, si así lo decidimos, como una oportunidad para aminorar la culpa y estar un paso más cerca de nuestra liberación. Qué buena noticia!!!

Y llegará el día del “juicio final” en el que haremos “el último juicio” y al practicar el verdadero perdón disolveremos la última brizna de culpa que quedaba en nuestro inconsciente. En ese momento, desaparecerá el ego y alrededor nuestro solo veremos Amor, o peticiones de Amor, en todos los seres. Será el estado de iluminación, el final del sueño de sufrimiento y muerte.

Mucho ánimo, sólo es una decisión.