sábado, 25 de febrero de 2012

Sentir a los demás como a uno mismo


Comparto con vosotros fragmentos del libro Las leyes espirituales de Vicent Guillem Primo.

¿Qué es, según tú, el amor?
El amor puede definirse en su grado máximo como la capacidad de sentir a los demás como a uno mismo.”

“La manifestación del amor en el plano energético es la energía de más alta vibración, la luz más brillante, la luz de las estrellas. Esa vibración, la vibración del amor, al igual que la luz, se puede transmitir y ser percibida.”

¿Y qué es lo que se experimenta exactamente con el amor?
Cuando un ser experimenta el amor verdadero, se siente lleno, plenamente feliz, invadido por una vibración, una fuerza y una sensibilidad extraordinarias. Ya no necesita nada más para ser feliz.”

“Cuanta más capacidad de amar tiene el ser, más alta es su vibración y mayor energía es capaz de transmitir. Cuando alguien ama transmite esa vibración amorosa a los demás. Si el receptor o receptores de la misma son sensibles, lo perciben como una oleada de calor intenso que no quema, una vibración que lo recorre a uno por completo, que llega hasta el rincón más profundo, como si llenara cada uno de los poros de su alma, estremeciéndole y haciéndole sentir como envuelto por una nube de paz y armonía. En ese estado de bienestar interior uno se siente optimista, alegre, relajado, sereno y descubre que los problemas de su existencia no son tan graves.”

¿Cuál es el primer paso que uno debería dar para poder amar?
Para amar es necesario sentirse a uno mismo, y para sentirse a uno mismo es necesario conocerse a uno mismo. Si quieres amar a los demás, aprende primero a amarte a ti mismo, a través de conocerte a ti mismo. El que no se quiere a sí mismo no puede querer a los demás.”

¡Pero yo tenía entendido que para amar a los demás tienes que renunciar a ti mismo!
En absoluto. Lo que tienes que hacer es renunciar a tu egoísmo, pero no a tus sentimientos. Lo que ocurre es que tenéis un concepto de lo que es el amor que es incorrecto, porque mezcláis el amor con el egoísmo. Amarse a uno mismo no es creer que uno es mejor que los demás y que por ello ha de dedicarse a satisfacer caprichos egoístas, sino reconocer las necesidades afectivas propias, los sentimientos, y desarrollarlos para que sean el motor de nuestra vida. Por esto he dicho que para amar verdaderamente es tan importante conocerse a uno mismo. Conocerse implica saber distinguir entre lo que sentimos y lo que pensamos, reconocer entre lo que viene de nuestro sentimiento y lo que viene de nuestro egoísmo.”

¿Entonces, cómo distinguir lo que es el amor de lo que no lo es?
El amor en su máxima expresión ha de ser incondicional. El que ama verdaderamente no espera nada cambio, y el que actúa por interés no está amando verdaderamente. El amor ha de ser libre, si no, no es amor. No se puede forzar a nadie a amar.”

“El que quiera amar ha de querer también renunciar al egoísmo. El amor y el egoísmo son conceptos contrarios, incompatibles entre sí, antagónicos. No se puede amar sin renunciar al egoísmo, ya que el egoísmo es en realidad la ausencia de amor. Aprender a amar es lo mismo que aprender a desprenderse del egoísmo. El que aumenta su capacidad de amar disminuye su egoísmo y viceversa.”

Siempre hay algo nuevo que aprender respecto al amor. Como el aprender a hablar, no hay otra forma de desarrollar el amor que no sea través de la interacción constante con otros seres.”

2 comentarios:

  1. Gracias Manuel, por compartir esta valiosa información y por presentarla con tanta claridad. Estoy de acuerdo con lo que afirma pienso que el amor incondicional es el que se mantiene a través del tiempo. Saludos.

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