sábado, 28 de enero de 2012

Las cinco cosas de las que nos arrepentimos antes de morir


Comparto con vosotros un reportaje publicado en el diario www.abc.es

Me llama especialmente la atención el comentario de un lector:


"Yo he estado en la misma situación. Pasé de estar tumbado plácidamente en la cama a estar ingresado en un hospital donde le comunicaron a mi mujer que no pasaba de ese día. Y aquí estoy. Es verdad que te planteas muchas cosas en ese momento. En mi caso particular, he dejado de valorar las cosas materiales (casas, coches, ropas de marca) y valoro mucho más lo inmaterial pero hermoso como el amor, la amistad, los buenos momentos acompañados de los seres que te quieren y te aprecian. Quizás por lo repentino de la situación, he pasado más a la filosofía del "Carpe Diem" y sin quemar mi futuro (o el de mi familia) sí que intento vivir cuantas más experiencias mejor. Esa vez tuve mucha suerte y no solo sobreviví, sino que además lo hice sin secuelas aparentes. Quizás la próxima no tenga tanta suerte. Ya me da igual no tener un deportivo, o una casa en la playa - ni aspiro a ello - pero las vivencias que estoy teniendo se quedarán siempre conmigo y esas ya nadie me las quita. La lástima (o lo bueno) es estar a punto de morir para darse cuenta de lo que importa de verdad"
 
Muchas personas que han estado a punto de morir, ya sea por un accidente o por una grave enfermedad, suelen cambiar radicalmente su forma de vida una vez restablecidas. Aseguran que superar una situación cercana a la muerte equivale a nacer de nuevo y que no merece la pena vivir una vida que no les satisface.

Lejos de parecer un tópico, a la hora de hacer balance, una gran parte de la población mundial no está satisfecha con la vida que ha desarrollado. Según podemos leer en el blog de Javier Malonda, los motivos de esta insatisfacción, además, suelen ser casi siempre los mismos.

Esta bitácora recoge un artículo escrito por Bonnie Ware, una mujer que durante muchos años ha trabajado en una unidad de cuidados paliativos, atendiendo a enfermos terminales. Su trabajo, titulado “Regrets of the dying“, algo así como “Los lamentos de los moribundos”, recoge los cinco motivos más comunes de arrepentimiento de aquellos que están a punto de morir y que se ha encontrado a lo largo de su vida:

1.- Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí
Se trata del lamento más habitual de todo, ya que al hacer balance de su vida muchas personas descubren que no han llegado a cumplir una mínima parte de sus sueños. En muchas ocasiones, esto se debe a que optaron por hacer lo que creían que debían hacer, en lugar de lo que realmente querían.

2.- Desearía no haber trabajado tan duro
Es el lamento más frecuente entre los pacientes de sexo masculino, que desearían haber pasado más tiempo junto a su familia viendo crecer a sus hijos, en lugar de en su puesto de trabajo.

3.- Desearía haber tenido el coraje para expresar mis sentimientos
Aquellos que reprimieron sus sentimientos para no enfrentarse a quienes los rodeaban se lamentan de haberse conformado con vivir una existencia mediocre y amargada, en la que no eran ellos mismos.

4.- Desearía haberme mantenido en contacto con mis amigos
Al igual que muchas personas se arrepienten de haber descuidado a sus familias, es muy frecuente lamentar no haber cuidado lo suficiente de aquellas amistades verdaderamente importantes. Lamentablemente, cuando se está muy cerca de la muerte es imposible recuperar el tiempo perdido.

5.- Desearía haberme permitido ser más feliz
Se trata de un reproche sorprendentemente común que se hacen aquellas personas que prefirieron engañarse a sí mismos y continuar con unas existencias en las que ya no eran felices, en lugar de enfrentarse a su miedo a cambiar de vida.

Para quien está en su lecho de muerte, hacer balance sin pensar en lo que los demás puedan pensar de él, puede resultar un ejercicio muy frustrante.

Para todos los que todavía están a tiempo de cambiar sus vidas, puede ser una buena forma de corregir lo necesario para, llegado el momento, morir satisfechos con su existencia.

6 comentarios:

  1. Enhorabuena Manuel!.
    Un excelente post que esperemos que podamos contribuir a que algún dia, no tenga el impacto que tiene al leerlo.
    Ese día, habremos empezado a vivir!
    Noelia

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    1. Noelia, muchas gracias por tu comentario.
      Aprendamos a vivir nuestra vida con autenticidad. Un abrazote

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  2. Muy bien. Yo he tendio la suerte de saber estas cosas sin llegar al extremo de verme ante las puertas de la muerte. Se trata de vivir el AHORA sin pensar más allá de lo justo y necesario

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    1. Muchas gracias por tu comentario. Mas que la “suerte”, yo diría que has tenido la “madurez interior” de saber estas cosas sin llegar al extremo de verte ante las puertas de la muerte.

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  3. Que excelente post, que gran gusto ha sido visitarte, tienes mucha razón. Un saludo.

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