sábado, 30 de abril de 2011

Si yo cambiase


Comparto con vosotros una reflexión de Ivette Villeda publicada en www.vidapositiva.com

Si yo cambiara mi manera de pensar hacia los otros... los comprendería.

Si yo encontrara lo positivo en todos... ¡con qué alegría me comunicaría con ellos!

Si yo cambiara mi manera de actuar ante los demás... los haría felices.

Si yo aceptara a todos como son... sufriría menos.

Si yo deseara siempre el bienestar de los demás... sería feliz.

Si yo criticara menos y amara más... cuántos amigos ganaría.

Si yo comprendiera plenamente mis errores y defectos y tratara de cambiarlos... ¡cuánto mejoraría mi hogar y mis ambientes!

Si yo cambiara el tener más por el ser más... sería mejor persona.

Si yo cambiara de ser Yo, a ser Nosotros... comenzaría la civilización del Amor.

Si yo cambiara los ídolos: poder, dinero, sexo, ambición, egoísmo y vanidad definitivamente por: Libertad, Bondad, Verdad, Justicia, Compasión, Belleza y Amor... comenzaría a vivir la verdadera felicidad.

Si yo cambiara el querer dominar a los demás por el autodominio... aprendería a amar en libertad.

Si yo dejara de mirar lo que hacen los demás...tendría más tiempo para hacer más cosas.

Si yo cambiara el fijarme cuánto dan los otros para ver cuánto más puedo dar yo... erradicaría de mí la avaricia y conocería la abundancia.

Si yo cambiara el creer que sé todo... me daría la posibilidad de aprender más.

Si yo cambiara el identificarme con mis posesiones como títulos, dinero, status, posición familiar... me daría cuenta de que lo más importante de mí es que Yo Soy un Ser de Amor.

Si yo cambiara todos mis miedos por Amor... sería definitivamente libre.

Si yo cambiara el competir con los otros por el competir conmigo mismo... sería cada vez mejor.

Si yo dejara de envidiar lo ajeno... usaría todas mis energías para lograr lo mío.

Si yo cambiara el querer colgarme de lo que hacen otros por el desarrollar mi propia creatividad... haría cosas maravillosas.

Si yo cambiara el esperar cosas de los demás... no esperaría nada y recibiría como regalo todo lo que me dan.

Si yo amara el mundo... lo cambiaría.

Si yo cambiara... cambiaría el mundo!

viernes, 15 de abril de 2011

No voy a discutir, no voy a convencer, no voy a aclarar

A esta altura de mi vida en la que estoy a punto de cumplir medio siglo quiero compartir con vosotros mi forma de pensar:

No voy a discutir.
Respeto las ideas del otro y no voy a imponer las mías.

No voy a convencer.
Prefiero actuar con claridad de conciencia y que mis actos reflejen mi vida interior.

No voy a aclarar.
Para el que me conoce de verdad, no es necesario justificar mis actos ya que comprende porqué lo hago. Para el que no me conoce, por más que le diga estaré condenado de antemano por sus prejuicios hacia mí.

Según el libro Lecciones de vida de Elisabeth Kübler-Ross y David Kessler:

“Nuestra felicidad no depende de que las relaciones cambien a mejor. La verdad es que no podemos cambiar a los demás, ni debemos.”

“Recuerda que de lo que se trata no es de decir al otro que está en un error y tiene que cambiar. Tampoco se trata de hacer mejor a la otra persona: siempre se trata de uno mismo. Cada uno crea su propio destino. Cada uno debe ver que lecciones hay en los problemas que le surgen.”

“Al concentrarnos en el otro nos olvidamos del verdadero trabajo que nos corresponde en la relación: nosotros mismos. No debemos vaciarnos de nosotros mismos por llenarnos del otro. La única persona que controlamos es la nuestra. Si trabajamos en nosotros, las circunstancias que vemos cambiarán por sí solas.”

domingo, 3 de abril de 2011

Vivir la alegría

Comparto con vosotros un texto de J.Maurus publicado en artenara.wordpress.com

Vivir la alegría es vivir cada segundo que pasa.

Es corresponder con cada suspiro de corazón a todo lo que habita a tu alrededor; es penetrar en el interior y escuchar el desmayo débil de un alma silenciosa o el lloriqueo de un corazón herido.

Vivir en alegría es reconocer que la Vida no es una carrera y que el futuro es tan distante como el pasado.

Es permitir que cada momento sea un descubrimiento, un acto de gracia y belleza.

Vivir en alegría es descubrir el mundo por primera vez cada mañana.
 
Es maravillarse y aspirar.

Es recibir por igual el triunfo y el fracaso, la humildad y la pureza.

Entonces, podremos ser derrotados, pero no destruidos.